Impotentia

15.11.2016

Maldita sea la hora
que lloré tu muerte,
yo sola,
tu desenlace.

Pensando que estaría presente.
Aunque sea en tu mente,
pidiéndome perdón.

Me equivoqué,
pues conseguiste
lo que te propusiste.

Pero, ¿sabes qué?
A veces a los marineros se les olvida atar algún cabo,
eso hace que el barco acabe anclado.

De Selegna, sólo decir que los desengaños duelen de por si.Imaginate viniendo de una persona que no esta, la cuál era un familiar, que querías y te enteras de que en sus últimas horas no supo más que tirarte por tierra.¿Qué pensarías?¿Entiendes mi ira?.

Selegna - Blog literario
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