“Tengo un sueño”
Tras descubrir que la guerra florecía tras las ventanas de mi casa, me di cuenta que mi vida se encontraba en peligro .Tenía miedo. De repente llamaron a la puerta y me preguntaron:
-¿Eres cristiano?- entretanto me apuntaban con un cuchillo.
-Yo sí soy cristiano apostólico romano, soy creyente - no me dio tiempo a reaccionar cuando se me echaron encima deteniéndome injustamente mientras me arrastraban a la puerta de mi casa agarrándome del cabello con sus ásperas manos y gritando en un idioma desconocido para mí, recé. Cuando me soltaron en el suelo con las manos atadas a la espalda levanté la cabeza y para mi sorpresa, los miembros de mi comunidad yacían degollados y ensangrentados, lloré.
-¿Por qué no respetas mis derechos como persona? Estás violando mis derechos humanos y no te lo voy a consentir. Tengo libertad para expresarme, reunirme, vivir y creer en lo que quiera. El hombre preparó la pistola junto a mi cabeza y dije:
"Cuando el agua ha empezado a hervir, apagar el fuego ya no sirve de
nada".
Tras esto murió, pidiendo a Dios que nunca nadie pasara por lo mismo que él había vivido.
De Mª Ángeles Macías Martínez.
