Hoy la verdad es que me gustaría hablar de las oportunidades. Sí, esas que se les dan a las personas cuando se les abre la ventana después de cerrarles la puerta. Es como si cogiésemos una caja de cerillas y cada vez que encendiésemos una estuviésemos gastando una posibilidad de arreglar algo.Es como si de repente tuviéramos el poder de rebobinar el presente para arreglar los fallos que hemos cometido, como por ejemplo no meterte a defender una persona frente a una pelea,evitar que a una persona querida le digas que no la quieres sin estar realmente con los cinco sentidos puestos o cosas tan fuertes como no haber tenido los reflejos suficientes como para evitar un atropello. Pero bueno, seguro que hay personas que los aprovechan, pero hay otras, que a pesar de todo se creen que las oportunidades son como las vidas del Mario Bros, infinitas.Pero están muy equivocados llega un momento en el que se ve claramente como la persona que le abre la ventana le pone una escalera para que entre fácilmente y como la otra persona prefiere quedarse abajo porque no tiene ganas de subir por simple bagueza y siempre repite la frase de que otro día lo intentará porque aún no esta preparado.Lo que no sabe es que un día de estos le quitará la escalera y cerrará la ventana para siempre. Entonces ese día será el final porque a pesar de lamentarlo no puso de su parte.
De Selegna, para las personas que necesitan darse cuenta que el tiempo es oro y que no pasa solo para matar segundos...